El hotel eficiente es el primer paso hacia la industria turística sostenible. Quedó muy claro en FiturGreen 2013, que organizado por el ITH reunió a más de 700 representantes de la industria turística nacional y extranjera en el marco de la feria Fitur. Allí se presentaron casos de éxito en materia de gestión energética y sostenible de España, México, Argentina y Portugal, entre otros.
En la primera jornada, que se celebró el pasado 30 de enero, los ponentes explicaron los diversos modelos de financiación
de la eficiencia a través de las Empresas de Servicios Energéticos (ESEs) para la
industria hotelera.
Las Empresas de Servicios Energéticos o ESEs ofrecen una alternativa a la financiación tradicional, y permite poner en marcha medidas de eficiencia energética, pagando las inversiones, total o parcialmente, con relación al ahorro obtenido y acordado en el contrato.
De esta forma, es la ESE la que
asume el riesgo de la inversión y garantiza los ahorros, en función del acuerdo
que se alcance con cada hotel.
Las ESEs pueden garantizar ahorros que, de una u
otra forma, costean el cambio hacia equipos y modelos más eficientes, y su
principal atractivo para el hotel es que se garantizan los niveles de ahorro.
Para los hoteles son dos los modelos de Empresas de
Servicios Energéticos que más se adecúan a sus necesidades.
- En la primera fórmula la ESE estudia, recomienda y escoge
las actuaciones que se deben llevar a cabo en el establecimiento (por ejemplo,
sustituir equipos por otros más eficientes) y asume la inversión necesaria para
realizarlas, que recuperarán a través del ahorro derivado de las medidas
adoptadas.
En este caso, el hotelero firma un contrato con la ESE, que puede
reservarse la opción de compartir los ahorros con la propiedad del
establecimiento o se garantizan unos ahorros mínimos.
- La venta de energía útil de la ESE al hotel es la segunda
modalidad, que además implica que la ESE asume la operación y mantenimiento de
los equipos productores, de forma que el hotel sólo tendría que pagar por la
energía que consume.
Es un sistema que se adapta perfectamente al esquema de
negocio de los hoteles, puesto que se efleja en el coste la ocupación real, es
decir, sólo se pagan los consumos que los usuarios hagan, efectivamente, en las
instalaciones del hotel.
Y, aunque
no todos los establecimientos pueden incorporar modelos de venta de energía
útil, especialmente en casos en los que el volumen de consumos es tan bajo que
no resulta rentable para la ESE; éstas ofrecen alternativas, como obtener los
equipos en régimen de renting, financiadas, entre otras modalidades.
Evidentemente, habrá que estudiar las necesidades de cada establecimiento.
Según el ITH (Instituto Tecnológico Hotelero), una de las ventajas de
las ESEs es que han evolucionado sus modelos de negocio hacia las prioridades y
preocupaciones de los hoteleros, que están directamente relacionadas con la
ocupación, un factor decisivo en los ingresos de un hotel, y que están sujetos
a una cierta volatilidad.
De esta forma, las revisiones anuales o semestrales
de la ocupación para ajustar las cuotas que paga el hotelero o los ahorros
compartidos parece ser el punto de encuentro hacia el que se dirigen, y que
garantiza la viabilidad del modelo para el sector hotelero.
José Revert, de la firma
Prosolia, dio un paso más allá, y propuso un cambio de escenario, el de la
“descentralización energética”, preguntándose si realmente es necesario comprar
la energía primaria para luego generar los servicios que presta el hotel (como
calefacción, agua caliente, iluminación, spa), “si podemos invertir,
directamente, en eficiencia energética y ahorrar”.
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